Han tratado de acabar con nosotros.
Pero todavía estamos aquí. Y cada día somos más. Quizá tengan razón y nuestros
sentimientos nos vuelven locos. Tal vez el amor es una enfermedad de la que
tendríamos que curarnos. Sin embargo, hemos elegido un camino diferente. Y al
final, esa es la mejor cura: ser libres para elegir. Ser libres para elegir...
aunque sea equivocadamente.
jueves, agosto 22, 2013
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